En 1992 el francés Daniel Pennac publicó
“Como una novela”, un libro que fue muy alabado por toda la crítica europea.
En él, y basándose en su
experiencia como docente, Pennac llegó a la conclusión de que para hacer nuevos
lectores no hay que obligar a los niños a leer lecturas aburridas, sino
contagiarles el amor por la lectura (cosa que ya todos sabemos, claro).
Es más
importante entusiasmar al alumnado para que comience a leer por puro placer, que
pasarse machacándolo con lecturas obligatorias.
Las conclusiones de Daniel Pennac quedaron plasmadas en
su conocido decálogo:
Los
Derechos imprescindibles del lector:
1. El
derecho a no leer.
2. El
derecho a saltarnos páginas.
3. El
derecho a no terminar un libro.
4. El
derecho a releer.
5. El
derecho a leer cualquier cosa.
6. El
derecho a leer lo que nos gusta.
7. El
derecho a leer en cualquier sitio.
8. El
derecho a hojear.
9. El
derecho a leer en voz alta.
10. El
derecho a guardar silencio.
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